2 de febrero de 2016

Los oprimidos en Francia durante el siglo XIV

"La clases no privilegiadas acudían al llamado de la monarquía, para colaborar con ella no sólo en el objetivo inmediato de abatir a las clases señoriales, sino también en otro de más alto vuelo, que era el de construir una nación de más amplia base económica, social y política que la tradicional. Pero ese llamado tenía su precio, y la monarquía se mostró remisa en cumplir con sus compromisos. Las clases no privilegiadas aspiraban ahora a tener en la vida nacional un papel activo, pero aspiraban también a que ese papel proporcionase a cada uno otras condiciones de vida, las que parecían reconocerle los tratadistas del derecho natural, los legistas, los predicadores, los cortesanos legalistas. Frente a la decepción, doblemente grave en virtud de las circunstancias económicas y sociales creadas por la crisis, esas clases no privilegiadas intentaron la revolución, una revolución que constituye, por sus caracteres, el antecedente directo de las revoluciones burguesas de la Edad Moderna, y que naturalmente debían frustrarse por la inmadurez de las ideas y las aspiraciones. Pero ese fracaso revelaba nada más que eso: la inmadurez; de ningún modo la inoperancia histórica de las fuerzas que desencadenaron el movimiento".

Extraído del libro La Edad Media, de José Luis Romero

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