21 de septiembre de 2015

Francisco de Asís, ¿fue justo o no? (1181-1226)

Antes de empezar, es justo contarles que no me gusta la religión. O, mejor dicho, no me gustan los motivos para los que se ha usado la fe religiosa en la historia de la humanidad. Ni hace miles de años ni ahora mismo. Lo digo con cierto conocimiento, habiendo estudiando bastante el asunto.

No les cuento esto porque vaya a hablar mal sobre Francisco de Asís, sino todo lo contrario. Es importante reconocer que, pese a mi rechazo hacia el fanatismo religioso, lo que cuenta la historia sobre el tal Francisco lo hace quedar bastante bien. Veamos.

*Francisco nació en la ciudad de Asís (Italia) en el año 1181, o tal vez en 1182. Cuando creció, a inicios del siglo XIII, el cristianismo era una excusa de la Iglesia (tanto la católica como la ortodoxa) para enviar ejércitos de caballeros a todas partes para matar personas y liberar las rutas de comercio. A ese genocidio se lo denominó Las Cruzadas.

*De pibe se llamaba Giovanni. Su viejo, un comerciante al que le iba bastante bien, viajaba seguido a Francia. Apodó a su hijo "Francesco" porque a Giovannito le encantaba todo lo francés.

*Hasta el año 1202, era un canchero. Vivía de la guita de su viejo y se la pasaba estudiando latín y haciendo pavadas con los amigos. Pero la ciudad de Asís se enfrentó al Sacro Imperio Romano Germánico y él, junto a muchas personas de la clase alta, terminaron en prisión.

*Fue liberado un año después y tuvo que entrar forzosamente al ejército católico. En el año 1205, cuando "Francesco" tenía 24 años y estaba viajando rumbo a una batalla, decidió cambiar el rumbo. El mito dice que escuchó una voz que le aconsejó no luchar y volver a Asís; pero esas cosas, para mí, arruinan las historias. Porque si se nos aparece Dios y nos dice algo, es fácil hacerle caso. Mucho mejor es empezar a hacer las cosas bien porque lo pensamos, lo sentimos y lo deseamos. Para mí, desde que estuvo prisionero hasta 1205, Francisco conoció a personas que le hicieron pensar de otra manera, y por eso cambió.

*Atención: también sería lógico que estuviera yendo a una batalla peligrosa y le hubiera agarrado tanto miedo que se volvió. Eso, para mí, no arruina la historia. Si ibas a ir a una guerra en la que seguro te mataban, y encima no te parecía justa la causa, más vale volverse.

*Así como ahora a las clases oprimidas algunos les llaman "negros villeros" y otras denominaciones injustas, Francisco maltrataba, cuando era joven, a los leprosos, que en el siglo XIII eran muchísimos. La cuestión es que, cuando volvió a Asís, se quedó viviendo con ellos para ayudarlos en lo que necesitaran. Puntazo a favor.

*Vendió algunas cosas de su viejo, como un caballo, para reconstruir una Iglesia. A mí las Iglesias no me gustan, pero me parece que en el siglo XIII ahí vivían los leprosos. Cuando fue a la casa de su viejo a explicarle lo que había hecho, hasta los vecinos le dijeron que era un gil. Dicen que su papá lo encadenó en su casa, pero eso no lo creo mucho, me parece que lo agregan para darle espectacularidad a la historia. A mí, con que se haya opuesto al mercader amargo de su viejo, ya está bien.

*Ahí arrancan otras exageraciones, como que hablaba con Dios a cada rato. Esa parte, ya lo dije, hace que lo suyo sea más "cinematográfico" pero menos justo, menos hermoso. Así que vayamos a lo que está comprobado: cuando nació tenía plata, estuvo preso un año y cuando salió se fue a vivir con leprosos y empezó a vender lo que tenía para usarlo para fines comunes.

*En 1208 ya no quería reconstruir Iglesias. Directamente, prefería ni mirar las monedas y hacer todo lo que pudiera sin ellas. Él y sus amigos, que no eran más que un puñado, trabajaban gratis para los demás, ayudaban enfermos y contaban qué era el cristianismo de verdad, no el que predicaba la Iglesia.

*En 1209 consiguió audiencia con el Papa para que aprobara su "Orden de pobres". Acá empieza la polémica. Está bueno que se anime a proponer un cambio a la autoridad, porque es un camino pacífico; pero la realidad fue que el Papa aceptó a la orden porque le daba "buena imagen" a la Iglesia. Esto le pasó a muchas personas en la historia: que su acción justa sea usada con fines injustos. No lo condena a Francisco, pero tampoco le da un punto a favor. Sigamos.

*¡Epa, epa! Parece que a Francisco lo acompañó desde aquellos años una chica llamada Clara, que lo quería mucho. A mí no me importa si tuvieron relaciones sexuales o no. Ojalá que sí, y que lo hayan disfrutado. Pero por ahí la moral religiosa los influyó tanto que no pudieron. Lo importante es que, para mí, se miraban y se decían con los ojos: "Si estuviéramos en el siglo XXI, te invitaba a mi departamento a dormir la siesta". Y eso me gusta.

*Para el año 1215, los franciscanos ya estaban aceptados por la Iglesia. Alquilaban pequeños monasterios pagando con lo que cosechaban o pescaban, y vivían con granjeros o enfermos. Querían llevar las ideas del cristianismo a más lugares.

*Si alguien me asegurara que esto es verdad, sería zarpado: en 1219, Francisco habría viajado con uno de los ejércitos de "Cruzados" que iban a matar personas, y les habría pedido que no lo hicieran. Lo hicieron igual, pero unos pocos lo escucharon y se sumaron a su orden de monjes pobres. Incomprobable, pero la historia es buena.

*Poco después, habría ido (tampoco está confirmado) a tierras musulmanas para convencer a todos de que el cristianismo era la que iba. Le dieron unas piñas, pero llegó ante el sultán de Egipto. Lo bueno es que no convenció al tipo, que siguió siendo musulmán como todo su pueblo; pero terminaron como amigos y se le permitió visitar Egipto cuando quisiera. Eso es un ejemplo de tolerancia religiosa. ¡Golazo de los dos!

*Qué quilombo: cuando Francisco se fue a Egipto y no volvía, sus amigos pensaron que estaba muerto. Y ahí la orden estuvo a punto de desaparecer: se peleaban y no sabían qué hacer. Mal ahí, Francis: no hay que hacer que los demás dependan de vos. Muy "personalista" tu estructura. Te anoto un punto en contra.

*Cuando volvió, para arreglar el desorden que había, tuvo que presentar (en 1223) un nuevo reglamento de su grupo para que el Papa lo aprobara. Otro punto en contra.

*En 1224 se fue de vacaciones con sus amigos a 160 kilómetros de Asís. Unos días después de llegar, pidió ayuda para construir una cabañita y les dijo: "Muchachos, yo me meto acá adentro con un poco de comida. No me molesten". Hasta acá, un poco, lo creo. ¿Quién no quiso estar solo alguna vez? Después arrancan otra vez las historias exageradas: que aparecían bolas de fuego y blablabla. Lo que para mí le pasaba era que estaba enfermo, con un cáncer o algo así, y ya veía que se le venía la muerte. Y la muerte, aunque creas en Dios, es algo que asusta bastante. Así que se encerró a ver cómo podía hacer el mundo más justo en el poco tiempo que le quedaba; pero como no se le ocurrió nada, sufrió mucho.

*A fines de 1224 volvieron a Asís, y Francisco andaba mal. Sangraba mucho por sus problemas de salud y estaba triste porque no estaba seguro de haber hecho todo lo que pudo por un mundo más justo. Las personas querían quedarse con sus pocas ropas en vez de ayudarlo a sonreír. Se murió el 3 de octubre de 1226, en compañía de algunos buenos amigos.

¿Puede alguien que difundió al cristianismo, una institución que antes y después generó tanto sufrimiento, ser justo? ¿Tiene importancia la historia de "Franchesco" si le quitamos las apariciones de Dios, las bolas de fuego y las mentiras? ¿Somos un poco menos rígidos si aceptamos como amigo a un fanático religioso cuando la Iglesia rechaza a los diferentes? Sí. Sí a todo.

Francisco de Asís, como Jesús (si es que Jesús existió), era antes que nada un buen tipo. No sólo eso: antes de tomar decisiones, las reflexionaba y pensaba qué generarían en los demás. Eso ya es un montón. Más de lo que hacen (hacemos) casi todos los que conozco.

Por otra parte, ser cristiano no era opción en la Edad Media: o lo eras o lo eras. Criticar desde acá, desde nuestra sociedad tan poco religiosa, sería una cobardía.

Yo también dudo de mí, como estoy seguro que dudó Francisco cuando se encerró en la cabañita a llorar. Lo hizo solo, para que los demás no dudaran de haber elegido el camino correcto. Yo también dudo sobre la posibilidad de declarar a un amigo de la Iglesia como justo. Pero lo declaro, lo declaro. Me parece que sirve como ejemplo de que se puede luchar por la justicia desde distintos espacios.

Tal vez esto no le importe a nadie, pero para mí es importante decirlo con firmeza: como Diógenes, como Espartaco y como Cayo y Tiberio Graco, he encontrado a otra persona para recordar con cariño y aprender de sus construcciones.

Francisco de Asís: el tribunal de mi conciencia te declara justo.

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